Después de estos 6 días de psicosis, miedo e influenza, quedan claros dos puntos: estamos en medio de una nueva gran crisis e independientemente de cuál es el problema de fondo, el gobierno nos está mintiendo arteramente.
Lo único que creemos saber es que el virus anda suelto (¿o lo soltaron?) por toda la ciudad. Los datos que se dan en cada conferencia de prensa del Gobierno Federal, están maquillados, ya sea por evitar causar pánico o simplemente porque son incompetentes y la situación los tiene rebasados.
Todo mundo está a la espera de que se cumplan los 10 días fatales en los que se manifiesta la enfermedad, para saber verdaderamente en donde estamos parados. La desinformación propiciada por el Gobierno, nos limita el tener un panorama un poco más cercano a la realidad, para que, como ciudadanos, tomemos medidas concretas de nuestro cuidado.
Transitar por la ciudad más grande del mundo casi vacía y ver lo que queda descubierto de los rostros de los capitalinos, tiene una marca implícita de preocupación al igual que la mirada de los que todavía deambulan por las calles.
Las escuelas, restaurantes, locales comerciales y demás negocios, en su mayoría están cerrados. Estar en un supermercado con gente, genera angustia y neurosis, se procura mantener resguardado el espacio vital, evitando el mínimo acercamiento de los demás; y si alguien estornuda, se lleva muchas miradas de reprobación y censura.
Pero ¿cuál es el origen de esta crisis? Dejaré de lado la pregunta pues podemos especular sobre teorías que pudieran ser ciertas o no (ya que en este momento son difícilmente comprobables), además, ya estamos más que adentro del problema y lo que necesitamos ahora es salir lo mejor librados de él.
Tampoco abordaré los consejos necesarios para evitar ser contagiado por la influenza porcina, debido a que todos ya los conocemos. En este momento sería irresponsable no contar con un tapabocas y el no lavarse las manos de manera obsesiva compulsiva.
En este post hago un llamado, sin perder foco en el tema sanitario, a observar el entorno político, económico y social (nacional e internacional) ya que cada vez que sucede una desgracia, siempre hay quien salga beneficiado de ella; en esta ocasión no dudo que sean los mismos de siempre.
Hoy el shock nos tiene que estimular para mantenernos concientes y con la cabeza fría, el miedo existe, es real, al igual que las demás cosas que siguen en movimiento. Y como decía mi papá: “En una situación extrema, después de una pendejada, vienen más.” Rehusemos caer en pánico y tomar malas decisiones como país.
Termino recordando que la Historia reciente de México ha demostrado el poder de solidaridad del pueblo mexicano ante la desgracia, canalicemos esta nueva cohesión social nacional y por fin detengamos a los ineptos gobiernos (de cualquier partido que sean) y hagamos que el Estado por fin funcione para todos los mexicanos.
Como sociedad civil organizada y comprometida consigo misma es inminente ejercer acción en contra de que nuestros políticos sigan con esta indignante manera de gobernarnos en situaciones extremas y por lo tanto, en su generalidad.
Dejo estos tres artículos que me parece importante conocerlos.
Un comunicado del 9 de marzo de los laboratorios Sanofi-Aventis.
Un artículo de Enrique Galván Ochoa.
La globalización y sus catástrofes: del narco a la influenza, de Alfredo Jalife-Rahme.
Influenza, ¿Orwell o Juan Orol por JENARO VILLAMIL de Proceso
P.D. Se ha limitado o casi asesinado al vida sexual en este país. Para el VIH y las ETS hay preservativos y para la influenza ¿qué? No besos, no abrazos, a lo más que se puede llegar es a tener sexo virtual vía webcams.
5 comentarios:
Ese Rafa, un gusto leer tu blog. Como sabes, viví un tiempo en el DF pero ahora que ando en las lejanas tierras chihuahuenses me ayuda mucho tu post para entender la verdadera dimensión de lo que está sucediendo allá, en el día a día, en los espacios comunes, una simple ida al super ya no lo es, qué extraño, como si la realidad toda fuera una composición del fotografo ese que retrata gente desnuda, pero en vez de cuerpos, miedo. La ciudad de México vestida de incertidumbre y miedo. Y totalmente de acuerdo, en estos momentos sale lo mejor y lo peor. Que la ciudadanía haga lo primero. Todo lo mejor para los habitantes de ese cuadro sintomático hiper real que es hoy la ciudad de México. Un abrazo, Rafa, qué chido tu blog.
Estoy muy de acuerdo con la máxima de tu padre. Y vamos a ver varios ejemplos en los días que siguen...
Y los beneficiados, ni se diga, harán su agosto con la enorme demanda, por lo pronto, de Tamiflu y luego de la vacuna.
Ese mano a mano Birmex-Sanofi parecería buena idea, salvo pq Birmex es un reverendo desmadre y tenía hasta hace unos días, broncas presupuestales.
Para empezar siento profundamente la pena de los que han perdido seres queridos en esta tragedia, y para terminar, a veces me avergüenza pertenecer a la raza “humana”.
Felicitaciones por tu post, Rafa, hace pensar y sentir.
Un beso resacoso
¿Ya ves cómo exageras? La página de la UNAM, y me parece que la de salubridad también, son claras al respecto: sólo se prohibe el contacto físico, los besos y las relaciones sexuales con personas que tengan el virus -el otro-. Así que tú sin vergüenza, como siempre.
Con el comunicado de prensa pretendes mostrar qué??? Se me hace que anda usted muy sospechosista!
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