domingo, 30 de noviembre de 2008

Berlín

No vi el muro, sin embargo percibí la llaga que no ha cauterizado aún, el vacío entre un parque y una puerta. No sé si realmente estemos aprendiendo a unirnos o lo único que hacemos es utilizar recursos más sutiles de aislamiento. Lo explícito no está de moda, no está permitido; la censura está censurada.

Vi Berlín desde las alturas Oeste y Este y Ese y Todos y sólo un Berlín, para sí, para mí.

4 comentarios:

Eric Uribares dijo...

buen textín

Caperucita dijo...

Hay heridas que nunca cierran, y que por bien de la humanidad deben ser recordadas para no ser repetidas.

Me gustó mucho este post.

Abrazos!!!

Mariana Gómez Seoane dijo...

No me canso de leerlo, me gustó el post
Saludos

Anónimo dijo...

Lo que podrìa contar ese muro, como toda piedra en cualquier ciudad...