Lo que se rompió ya no es posible arreglarlo; las piezas muestran códigos discretos y perturbados de la
summa de-(v/b)ida. Desprenderse de ellos genera un vacío y un principio para ser llenados con elementos que ahora se develan. Se recupera la sorpresa y súbitamente surge la sonrisa íntima al conocer lo que por fin se reconoce y hace colapsar los prejuicios; los hombros dejan de pesar tanto. Un pie y después el otro y así cada vez, en nueva secuencia. Atrás, lo que fue, se encuentra en donde recordar sólo significa volver al corazón.