miércoles, 24 de junio de 2009

Sobre las izquierdas políticas mexicanas

Las izquierdas mexicanas no han aprendido a emplear el capital obtenido: el político, el económico y mucho menos el de Marx.

miércoles, 17 de junio de 2009

Sobre el amor 2

El amor, hoy en día, sólo vale como un accesorio más de ornato en la sofisticación social y cultural.

miércoles, 10 de junio de 2009

Sobre el amor

El amor es un concepto demasiado manoseado que se ha desgastado hasta perder su significado esencial y diluirse en un remedo de sí mismo.

miércoles, 3 de junio de 2009

Voto Blanco


El 5 de julio del 2009 habrá elecciones en México. La población, en general, transita a este término con repugnación, incredulidad y decepción en el Estado Mexicano por su infame desempeño y nulidad de resultados. Esta situación ha llevado a una inmensa mayoría de la población a decidir abstenerse de ir a votar (se manejan cifras que van del 50% al 80% de la población que se abstendría de ir a las casillas).


La abstención, a estos niveles porcentuales, es en extremo significativa, sin embargo no tiene un valor cualitativo; se da por descontado la irresponsabilidad de la sociedad que no cumple con sus derechos y obligaciones. Entonces qué hacer cuando aparece la disyuntiva de ¿cómo ser un ciudadano responsable que cumple con sus derechos y obligaciones y a su vez manifestar el descreimiento a las instituciones y del sistema que las valida?


Para mí particular punto de vista, yo encuentro una respuesta a esta disyuntiva y es: la anulación del voto (ahora se le ha denominado en los círculos de analistas políticos y en los medios de comunicación: el voto blanco).


El voto blanco no es abstencionismo ya que por medio de la anulación del sufragio, se manifiesta de manera muy concreta el desacuerdo en contra de las acciones del gobierno y de sus políticos. Esto representa una crítica muy severa y clara al circo electoral disfuncional que nos proporciona el sistema.


El voto blanco significa dar -en un sentido equitativo- lo mismo que se está recibiendo por parte del Gobierno, que es: ¡Nada! De antemano, en la boleta electoral, no hay ninguna opción viable de representatividad, por ende, el votante anula a los políticos, gobernantes, instituciones, sistema y estado –todos estos fallidos-. Sucede esto por una cuestión de reciprocidad al haber sido nulificado como ciudadano por los antes mencionados, situación totalmente ofensiva para sí y sus quebrantados derechos.


A esta nueva voz es importante darle un foco de atención, pues surge del hastío al no tener opciones reales para acceder a un modo de vida digno vía los mecanismos “democráticos”. Esta voz -clara y fuerte- se manifiesta en silencio, sinónimo de impotencia y agotamiento por haber sido ignorada en sus demandas básicas.


El descrédito de las Instituciones –labrado únicamente con sus hechos- da por resultado que la gente, de manera simbólica, les quite los poderes y atribuciones concedidos en las leyes por desmerecerlos.


Esta total desconfianza lleva a tomar al pueblo de México una acción inusitada, es así como surge, de manera espontánea, una cohesión social con un objetivo común: el ya no ser partícipe de la farsa “democrática” y por lo tanto, no permitir ser burlados de nuevo.


Cierto es que esta idea tiene un inconveniente innegable, pues los arribistas que están postulados para cargos públicos no serán vulnerados, ya que la legislación vigente los ampara y con un mínimo de votos van a acceder al cargo al cual aspiran; esto muy a pesar de que la inmensa mayoría, con su silencio, se haya hecho presente en su contra.


Por lo tanto, veremos una vez más que, con las urnas casi vacías de votos a los partido políticos y llenas de boletas anuladas, se impondrá la oligarquía con muchísimo menos legitimidad que hace tres años; sin embargo, a su vez, se habrá modificado nuestra realidad, ya que un gobierno abierta y completamente debilitado, sin ningún apoyo de la nación, tendrá que empezar a trabajar y a servir, por consiguiente, a la Patria que ahora se los demanda.


Si todo el “Sistema” llegara a hacer caso omiso de este mandato, entraríamos en una situación muy delicada, pues ya se han agotado todos los canales razonables para que el gobierno obedezca la voz de la nación y en consecuencia obligarían a que sucediera una acción más determinante que llevaría al desmantelamiento de este Estado Mexicano caduco e inoperante.


Yo los invito a que todos vayamos a las urnas este domingo 5 de julio del 2009 y anulemos nuestro voto, enviando al gobierno el recordatorio de que tienen un mandato irrevocable el cual están obligados a cumplir y es: gobernar obedeciendo al pueblo mexicano.



P.D. Busquemos un lema, para escribir en las boletas electorales, que puntualice que se está anulando el sufragio con el Voto Blanco.

Yo propongo:

Voto blanco al Estado nulo.


P.D.2 A los ojos miopes, esta acción pudiera significar únicamente indiferencia.